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De la escuela a la Facultad de Ingeniería

Este 2do semestre de 2025 la Facultad de Ingeniería abrió sus puertas a niños y niñas de 6 escuelas que asistieron a 10 talleres formativos dictados por estudiantes de la Facultad, con el fin de acercar la ingeniería a las infancias; en el marco de un proyecto de extensión organizado por docentes de IIE, IMFIA e InCo. 

La propuesta busca dar a conocer algunas de las diferentes temáticas de la ingeniería que es posible estudiar, mostrando áreas que no siempre llegan a conocerse tanto. Los/as estudiantes de Fing que participan del proyecto obtienen créditos para sus carreras y además, aprenden sobre habilidades técnicas y comunicacionales, colaborando en sus capacidades para el trabajo en ambientes diversos.

El proyecto consistió de 3 etapas, la primera fue la capacitación de los/as estudiantes universitarios llevada a cabo por los/as docentes, en donde se brindaron herramientas para la realización de los talleres. Los estudiantes de Ingeniería en Computación, Martín Eiroa y Imina Lima, afirmaron que la experiencia les resultó enriquecedora al permitirles reafirmar sus conocimientos en un entorno por fuera del convencional del aula, en donde debían utilizar lo aprendido en Facultad y lograr transmitirlo a personas de otro contexto, poniendo en práctica sus habilidades interpersonales. Ambos observaron el impacto positivo que tuvieron los talleres en los/as escolares. Imina vió con sorpresa el interés que presentaron en aprender sobre ingeniería y Martín, por su parte, comentó: “se han acercado bastantes niños que me han dicho que quieren ser ingenieros.”

La segunda etapa fue el trabajo con los y las escolares. Uno de los docentes organizadores, Juan Pablo Oliver, cuenta sobre la dinámica al llegar al laboratorio: “Se dividen en mesas, en cada mesa arman un modelo de aerogenerador a escala, pero que genera energía eléctrica con un ventilador. Y con una ceibalita y una microbit miden lo que el aerogenerador genera y algún otro parámetro ambiental como es la luz.”

En la tercera etapa los estudiantes-talleristas deben presentar un trabajo escrito con ideas para mejorar el proyecto.

Juan Pablo Oliver y Martín Draper, docentes involucrados en la organización, manifiestan que parte de su motivación con el proyecto ha sido promover un acercamiento a las carreras de ingeniería que no son tan conocidas, pero sí son muy necesarias para el desarrollo del país. Afirman que “la ingeniería es un motor de desarrollo que genera fuentes de trabajo buenas, porque es trabajo de alta calidad, bien remunerado, genera desarrollo para el país y genera mejor productividad en las áreas donde interviene…”

Cuentan, además, que ha sido para ellos una forma de devolver algo a las escuelas de la comunidad que han colaborado en proyectos de Facultad, permitiendo la colocación de sensores de temperatura, humedad y dióxido de carbono en los salones.

La maestra Magdalena López, de la escuela N°32, cuenta que la iniciativa está ayudando a desmentir los estereotipos existentes sobre las personas que hacen ingeniería y permitir que las infancias puedan concebir la profesión como una opción posible.

“Entonces, uno de los efectos que yo veo en estos talleres es que se contagia ese entusiasmo. La gente que trabaja y que da este taller, tiene ganas de estar acá y ahí hay una transferencia muy fuerte; los chiquilines, inclusive el que viene menos motivado, sale motivado porque el efecto de que ‘te di lo que a mí más me interesa’ generan en los chiquilines unas ganas de volver.”

Magdalena destaca que “hay lugar para todos” sin importar sus diferencias y que permite a los y las estudiantes poner en juego los aprendizajes que ya vienen trabajando en la escuela, con personas que, no solo tienen conocimientos, sino que pueden ser modelos a seguir en un futuro. Relata que parte del entusiasmo que presentaron los escolares fue, además, ver que temas que son de su interés y están presentes en su día a día, pueden también ser un motivo de estudio y que existe un lugar en donde es posible investigar y aprender sobre eso.

“...una de las cosas que puedo transmitir es un entusiasmo en relación a que hay temas que son de su agenda (...) que pueden ser motivo de estudio. Hay una apertura a que también los niños pueden venir a la facultad. Es un efecto de posibilidad, es como mostrarles que un pedacito de otro mundo ellos pueden llegar a acceder. Entonces es también como una promoción de esperanza, de que hay una continuidad. Es eso de que ‘lo que a mí me interesa puede tener un lugar’.”

Los docentes, Martín y Juan Pablo, cuentan que la experiencia comenzó con un plan piloto el año pasado, inspirado en un proyecto de la Facultad de Química de Udelar, mediante el cual se logró evaluar la logística necesaria para llevar a cabo la tarea en Fing. 

Al preguntarles por el futuro del proyecto, los docentes declaran tener interés en que perdure los próximos años y que pueda continuar creciendo. Este proyecto fue financiado con un fondo concursable de la Facultad y su reiteración en años venideros dependerá de su aprobación y por lo tanto, de la existencia de un presupuesto que lo pueda financiar.