Un sistema desarrollado por el Instituto de Mecánica de los Fluidos (IMFIA) de la Facultad de Ingeniería permite planificar la asistencia a la población que puede ser afectada por una creciente. El Congreso Regional «Políticas públicas para la reducción del riesgo de desastres» contó con la participación del investigador Luis Silveira, quien explicó cómo funciona el Sistema de Alerta Temprana de Inundación (SATI) desarrollado por el instituto.
El encuentro, que se desarrolló este jueves y viernes en el Paraninfo, fue organizado por el Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) de Presidencia de la República junto con el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, la Universidad de la República (Udelar) y el Proyecto Conjunto «Fortalecimiento de las capacidades técnicas y operativas del Sistema Nacional de Emergencias» desarrollado por el gobierno nacional y el Sistema de Naciones Unidas en Uruguay. Contó con las exposiciones del especialista británico Allan Lavell y expertos de Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Colombia, España, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. Se presentaron experiencias diversas en relación con la gestión integral del riesgo frente a eventos climáticos y ambientales o conflictos bélicos.
Silveira explicó que el SATI es resultado de un proyecto piloto financiado por la Organización Meteorológica Mundial, que involucró principalmente al IMFIA pero también a investigadores de otros servicios de la Udelar y a diversas instituciones nacionales y departamentales, y se desarrolló entre 2009 y 2011. En 2007 el departamento de Durazno había sufrido inundaciones que determinaron la evacuación de unas 6000 personas; el mismo número de afectados se registró en 2010 durante un evento de similares características. El IMFIA se propuso trabajar allí porque, a diferencia de otras zonas inundables del país, sobre la cuenca del Río Yi se encontraban instalados algunos de los instrumentos de medición necesarios para desarrollar el sistema.
El proyecto tenía como objetivo determinar las características de las crecientes del Yi en su paso por la capital departamental. Los investigadores elaboraron un modelo que combina como información de entrada las observaciones y los pronósticos de precipitación y de la dirección del viento en la cuenca, además de sus características geográficas: relieve, suelos, geología, vegetación, etcétera. El área de estudio es de 8.750 km2 y tiene 33.576 habitantes.
Para las observaciones se utilizaron los pluviómetros del Instituto Nacional de Meteorología distribuidos en la cuenca —cuyas mediciones se toman manualmente una vez al día— y los telémetros de UTE que miden el volumen de lluvia y la altura del río en Sarandí del Yi, Polanco del Yi y la ciudad de Durazno —en este caso se trata de equipos de medición remota que envían información cada 60 minutos—. El pronóstico de las características del viento es realizado por el IMFIA. Otro de los datos que maneja el modelo es que el tiempo que demora una gota de lluvia en trasladarse desde el lugar más extremo de la cuenca hasta la ciudad de Durazno es de 54 horas.
Los datos se procesan para alimentar un modelo hidrológico-hidrodinámico que simula cómo la lluvia aumentará el caudal del Yi a través de sus afluentes y que además prevé cómo se moverá la onda de crecida a lo largo del río. El sistema busca predecir el área que pasará a inundarse, el momento de máximo nivel del agua y el tiempo de duración del fenómeno.
Silveira presentó los resultados de la aplicación del SATI durante el período de precipitaciones que afectó la zona entre el 21 de enero y el 11 de febrero de 2014, indicando que se trató de un evento inusual producto de un bloqueo atmosférico que normalmente en nuestro país dura de 24 a 48 horas. Tomando en cuenta las previsiones aportadas por el sistema cada día, el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (Cecoed) planificó con más tiempo y seguridad las evacuaciones, optimizando sus recursos y trasladando a la población en forma ordenada, antes de la llegada de la crecida. En eventos anteriores el Cecoed empleaba otras herramientas de previsión, basadas en un modelo de tipo estadístico que podía presumir cuál sería el nivel máximo del río. En esa oportunidad también se realizaron esos cálculos, las mediciones reales mostraron que el SATI tuvo resultados más precisos; otra de las ventajas que presenta es la posibilidad de calcular el momento en que el río va a tener niveles críticos y por cuánto tiempo se van a mantener.
Silveira anunció que en noviembre la Fundación Ricaldoni de la Facultad de Ingeniería y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación firmarán un contrato para posibilitar la instalación de cuatro estaciones telemétricas más en la cuenca del Yi. Además, se están acordando acciones para implementar el SATI en la cuenca del Río Cuareim, lo que implicaría la instalación de una red telemétrica compartida por Brasil y Uruguay, así como la creación de una unidad de seguimiento permanente para las inundaciones en otros puntos del país.
Fuente: Portal de la Udelar